
Los tres tipos principales de inyecciones incluyen: Subcutánea (en la capa de grasa entre la piel y el músculo) Intramuscular (profundamente en el músculo) Intravenosa (a través de una vena).
- Subcutánea (SubQ)
- Intramuscular (SOY)
- Intravenosa (IV)
La inyección subcutánea se puede utilizar cuando el efecto del fármaco se alcanza rápidamente, pero la administración oral resulta imposible o inadecuada. Por ejemplo, la insulina oral se destruye fácilmente por las enzimas digestivas del tracto gastrointestinal y pierde su efecto, mientras que la inyección subcutánea se absorbe rápidamente. Los fármacos y vacunas fácilmente solubles, poco o nada irritantes, pueden inyectarse por vía subcutánea. La desventaja es la gran carga de trabajo, la dosis de inyección elevada y la irritación.
La inyección intravenosa tiene el efecto más rápido. Es fácil alcanzar la concentración terapéutica del fármaco y mantener la concentración constante necesaria para su efecto terapéutico. Los fármacos que estimulan los músculos y el tejido subcutáneo pueden administrarse por vía intravenosa. Permiten reponer rápidamente la pérdida de líquidos o sangre del organismo.
La inyección intramuscular tiene una rápida absorción, poco dolor, efecto farmacológico rápido, dosis precisa, acción confiable y puede producir efectos locales y direccionales, pero la desventaja es que puede causar espasmos musculares.





